Descripción de la Apariencia de los Templarios:
El abad Bernardo (futuro San Bernardo de Claraval) en su escrito "De laude novae militiae" ofrecía esta semblanza acerca de la apariencia de los nuevos caballeros del Temple (en una época donde era considerada una muestra de debilidad y vanidad el peinarse o lavarse demasiado):
“Para cada uno de ellos la disciplina es una devoción y la obediencia una forma de respetar a sus superiores: se marcha o se regresa a la indicación de quien supone la autoridad. Todos llevan el vestido que se les ha proporcionado y a nadie se le ocurriría buscar fuera comida o ropajes. Porque estos caballeros mantienen fielmente una existencia compartida, sencilla y alegre, sin esposa ni hijos. Jamás se les verá ociosos o buscando aquello que no les interesa. Nunca dan muestras de ser superiores a los demás. Todos muestran más respeto al valiente que al noble. Odian los juegos de los dados y el ajedrez, por nada del mundo participarían en cacerías, se rapan el cabello al ras, en ningún momento se peinan, en escasas ocasiones se lavan, su barba siempre aparece hirsuta y sin arreglar, van sucios de polvo y su piel aparece curtida por el calor y la cota de malla. Un Caballero de Cristo es un cruzado en todo momento, al hallarse entregado a una doble pelea: frente a las tentaciones de la carne y la sangre, a la vez que frente a las fuerzas espirituales del cielo. Avanza sin temor, no descuidando lo que pueda suceder a su derecha o a su izquierda, con el pecho cubierto por la cota de malla y el alma bien equipada con la Fe. Al contar con estas dos protecciones, no teme a hombres ni a demonio alguno. ¡Moveros con paso firme, caballeros, y forzad a la huida al enemigo de la Cruz de Cristo! ¡Tened la seguridad que ni la muerte ni la existencia os podrán alejar de su caridad! ¡Glorioso será vuestro regreso de la batalla, dichosa vuestra muerte, si ocurriera, de mártires en el combate!”
Siete secretos templarios
Los templarios eran expertos guerreros. Tenían códigos secretos y se
daban las órdenes en silencio, con movimientos, para no alertar al
enemigo”. Para escribir el libro Enclaves templarios (Edaf), la
historiadora María Lara Martínez (Guadalajara, 1981) ha recorrido
España durante más de cuatro años buceando en archivos y recogiendo
leyendas. Historia y misterio. Mitad monjes, mitad guerreros, los
caballeros de la Orden del Temple, fundada en Francia en 1118 o 1119,
debían proteger a los peregrinos de camino a Jerusalén. Tenían esa
misión, pero además “fueron pioneros como banqueros y en la búsqueda del
conocimiento”, explica la autora, quien elige siete enclaves españoles
para acercarse a su legado.
En la capital arriacense, las Relaciones Topográficas de Felipe II y los cronistas del siglo XVII datan los orígenes del convento de San Francisco a comienzos del XIII, cuando por empeño de la reina doña Berenguela, señora de Guadalajara y madre de Fernando III el Santo, se construyó un monasterio para el Temple. Al disolverse la orden, las infantas Isabel y Beatriz, hijas de Sancho IV y también señoras de Guadalajara, donaron el lugar a los frailes.
Cuando se disolvió el Temple en 1312, la leyenda dice que los caballeros se enfrentaron a la corona encerrándose en el castillo. Tras una larga lucha, fueron asesinados, y desde entonces uno de los baluartes de la muralla es conocido como Torre Sangrienta.
01 Ponferrada (León)
El castillo de Ponferrada recrea la relación tan estrecha que tenían los templarios con la naturaleza y lo esotérico. La tradición asegura que tenía 12 torres que estaban relacionadas con las constelaciones del Zodiaco. Hoy se puede visitar (fue reabierto en 1998 tras su rehabilitación y la realización de excavaciones arqueológicas). Enorme, su eje mayor mide 165 metros y la anchura es de casi 100 metros. Su origen se sitúa en los siglos XII y XIII, cuando los templarios fortificaron el área, aunque tras la disolución de la orden, en 1312, el recinto fue evolucionando. Construido con pizarra, granito y cantos rodados, conserva numerosos restos de las diferentes fases históricas.02 La Vera Cruz (Segovia)
Está asociada a los templarios y a otros caballeros del Santo Sepulcro. La iglesia de la Vera Cruz, fechada en 1208, tiene planta de 12 lados con un anillo circular en el interior, algo que caracteriza a la orden, ya que cuando llegan de Jerusalén quieren reproducir el modelo de la basílica del Santo Sepulcro y de la Cúpula de la Roca.03 Monsacro (Asturias)
Este enclave ha sido elegido desde tiempos remotos por diferentes culturas debido a su situación estratégica. Contiene vestigios de monumentos megalíticos que pudieron despertar la curiosidad de los templarios. El Monte Sagrado, así se traduce, es un punto de encuentro de peregrinos. Pertenece al Concejo de Morcín y nos sirve para explicar la importancia de la Orden del Temple en el Camino de Santiago para asegurar las rutas y proteger a los viajeros.04 Santa María de Eunate (Navarra)
Se encuentra a pocos kilómetros de Muruzábal, en pleno Camino de Santiago. Es una iglesia románica del siglo XII. Eunate significa 100 puertas en euskera y cuenta con una arcada que rodea el templo, claustro externo a modo de deambulatorio de impresionante belleza. Tuvo un cementerio de peregrinos con la concha y el hábito como emblema. Cuenta la leyenda que el rey Salomón entregó los restos de la reina de Saba para que fueran enterrados en el Camino de Santiago, y que en esta iglesia estaría grabada, cifrada, la ubicación de la tumba.05 Guadalajara
Entre los cursos del Alto Tajo y la frontera con Aragón, los templarios hallaron en Guadalajara tierras feraces donde instalarse. A las huellas que dejaron por Albalate de Zorita, Zorita de los Canes, Peñalver y Torija se suman en la región atencina la ermita de Santa Coloma de Albendiego, con la cruz octopuntada en las tracerías del ábside, y la iglesia de San Bartolomé de Campisábalos, adornada por un friso agrícola en el que los neumas del románico rural esparcen salmodias por la arquitectura negra.En la capital arriacense, las Relaciones Topográficas de Felipe II y los cronistas del siglo XVII datan los orígenes del convento de San Francisco a comienzos del XIII, cuando por empeño de la reina doña Berenguela, señora de Guadalajara y madre de Fernando III el Santo, se construyó un monasterio para el Temple. Al disolverse la orden, las infantas Isabel y Beatriz, hijas de Sancho IV y también señoras de Guadalajara, donaron el lugar a los frailes.
06 Castillo de Monzón (Huesca)
La plaza de Monzón fue conquistada por los cristianos a finales del siglo XI. Su propiedad llegó a los templarios en el año 1143. En la portada puede observarse un crismón y varios motivos florales, mientras que su interior es bastante sencillo, aunque con un examen más atento se encuentran las esculturas de dos rostros animales, un lobo y una cabra. Existía en el templo un camino subterráneo que llegaba hasta la fuente de Santa Quiteria. Otras dependencias que fueron añadidas por los templarios son las caballerizas y las bodegas.07 Jerez de los Caballeros (Badajoz)
El castillo de Jerez de los Caballeros se alza sobre un cerro y alrededor se extiende la localidad del mismo nombre en la zona occidental de Sierra Morena. Jerez de los Caballeros perteneció a los musulmanes hasta su reconquista en el año 1238, llevada a cabo por Alfonso IX con ayuda de las órdenes del Temple y de Santiago, como recuerda su nombre.Cuando se disolvió el Temple en 1312, la leyenda dice que los caballeros se enfrentaron a la corona encerrándose en el castillo. Tras una larga lucha, fueron asesinados, y desde entonces uno de los baluartes de la muralla es conocido como Torre Sangrienta.
El Lignum Crucis
Si el culto al signo de la Cruz, y a su máxima representación
expresada en los fragmentos de la llamada Vera Cruz, alcanzo gran
extensión y reconocimiento popular, mas “éxito” obtuvieron las reliquias
del madero sagrado que estaban conservadas en los llamados Lignum
Crucis que eran representados con la forma de la Cruz Patriarcal, siendo
a partir de estas cuando aparecen las famosas Cruces Talismánicas que
tanta veneración han suscitado y suscitan como es el caso de la Cruz de
San Zacarías, Cruz de la Luna, Cruz de San Bartolomé y otras muchas mas
representadas siempre con la forma de la cruz Patriarcal es decir una
Cruz que se muestra con cuatro brazos y que son poseedoras de algún
poder mágico- terapéutico como puede ser el curar la peste, las fiebres,
etc.
Estas Cruces que alcanzan una gran fama suelen estar en posesión de alguna Casa Sagrada del Temple, los Monjes guerreros solían utilizarlas en las Ceremonias y rituales de admisión de nuevos miembros en la Hermandad ceremoniales propios de la Caballería en las que el aspirante a Caballero del Temple debía jurar por su vida fidelidad a la Orden y a todas sus reglas ante el Lignum Crucis que le presentaba el Maestre por regla general ya que a defecto de este podía ser el comendador, Bailio o el Prior de la provincia. Esta utilidad queda demostrada en un Breve del Papa Honorio III que acompañaba al Lignum Crucis y que había sido regalado a los Caballeros Templarios de Segovia: “…para perpetuar su culto a Los Caballeros Templarios al acto de su profesión, como principal y glorioso trofeo de esta militar Orden, etc…”; F. J. Cabello y Dodero, La Iglesia de la vera Cruz, pag.14 y 15.
Pero hemos de hacer constar que el Lignum Crucis de Los Caballeros Templarios presidía también otros ritos de estos Caballeros ya que también estaba presente en los actos de la Festividad de la Candelaria ( Virgen Negra o Moreneta) fiesta que obligatoriamente debía de celebrarse en las encomiendas Templarias, según el Artículo 75 de la regla primitiva.
La lógica se impone en los Lignum Crucis ya que si no existen realmente Cruces de cuatro brazos es que estamos hablando claramente de dos Cruces sobrepuestas con un par de brazos cada una, cosiguiéndose con esta nueva Cruz unificar el poder “mágico” y todo el esoterismo de las dos cruces en una sola, un ejemplo claro de este hecho lo tenemos en el comentario que el Secretario del Papa Honorio III nos hace referente a como el Santo Padre creó el Lignum Crucis que luego después envió a los Caballeros Templarios de Segovia:
-“Tomo de un fragmento del brazo derecho de la Cruz del Salvador del que formo dos Cruces y reunidas la una sobre la otra en forma de Cruz Patriarcal.” Y tal es el caso que si realizamos la partición de la Cruz Patriarcal a la altura de los brazos mayores obtendremos dos nuevas cruces siendo una de ellas la Cruz Tau y otra una cruz Griega. Siendo ambas Cruces simbólicas de la Orden del Temple; La Cruz exotérica Griega y la Cruz esotérica Tau y como ya hemos dicho su unión nos proporciona la Cruz Patriarcal y con esta unión obtenemos un símbolo del sincretismo religioso, filosófico y Político; propio del pensamiento dualista de la Orden del Temple.
Estos relicarios en forma de Lignum Crucis fueron muy numerosos en las casas Sagradas del Temple, pero en la actualidad estos relicarios son muy escasos, hemos llegado a constatar hasta 13 de ellos relacionados con la Orden del Temple de los cuales seis se conservan en la actualidad siendo tan solo cinco auténticos, ya que el que está en Caravaca de Murcia es una reproducción ya que el Original fue robado en el año 1934. Los otros cinco auténticos que se guardan los tenemos: uno en Ponferrada (León) otro en Miraflores (Segovia), Bagá (Barcelona), Murugarren (Navarra), y Zamora en su Catedral.
Los que han desaparecido han sido los de Torres del Río (Navarra), Villalcazar de Sirga (Palencia), Villamurriel de Cerrato (Palencia), Alfambra (Teruel), Artajona (Navarra), Maderuelo ( Segovia) y por ultimo Montesa (Segovia).
Todas estas Cruces o relicarios templarios están rodeadas de un halo de misterio, magia y milagrería, contándose sobre ellas curiosas tradiciones y consejas dignas de un profundo análisis.
Estas Cruces que alcanzan una gran fama suelen estar en posesión de alguna Casa Sagrada del Temple, los Monjes guerreros solían utilizarlas en las Ceremonias y rituales de admisión de nuevos miembros en la Hermandad ceremoniales propios de la Caballería en las que el aspirante a Caballero del Temple debía jurar por su vida fidelidad a la Orden y a todas sus reglas ante el Lignum Crucis que le presentaba el Maestre por regla general ya que a defecto de este podía ser el comendador, Bailio o el Prior de la provincia. Esta utilidad queda demostrada en un Breve del Papa Honorio III que acompañaba al Lignum Crucis y que había sido regalado a los Caballeros Templarios de Segovia: “…para perpetuar su culto a Los Caballeros Templarios al acto de su profesión, como principal y glorioso trofeo de esta militar Orden, etc…”; F. J. Cabello y Dodero, La Iglesia de la vera Cruz, pag.14 y 15.
Pero hemos de hacer constar que el Lignum Crucis de Los Caballeros Templarios presidía también otros ritos de estos Caballeros ya que también estaba presente en los actos de la Festividad de la Candelaria ( Virgen Negra o Moreneta) fiesta que obligatoriamente debía de celebrarse en las encomiendas Templarias, según el Artículo 75 de la regla primitiva.
La lógica se impone en los Lignum Crucis ya que si no existen realmente Cruces de cuatro brazos es que estamos hablando claramente de dos Cruces sobrepuestas con un par de brazos cada una, cosiguiéndose con esta nueva Cruz unificar el poder “mágico” y todo el esoterismo de las dos cruces en una sola, un ejemplo claro de este hecho lo tenemos en el comentario que el Secretario del Papa Honorio III nos hace referente a como el Santo Padre creó el Lignum Crucis que luego después envió a los Caballeros Templarios de Segovia:
-“Tomo de un fragmento del brazo derecho de la Cruz del Salvador del que formo dos Cruces y reunidas la una sobre la otra en forma de Cruz Patriarcal.” Y tal es el caso que si realizamos la partición de la Cruz Patriarcal a la altura de los brazos mayores obtendremos dos nuevas cruces siendo una de ellas la Cruz Tau y otra una cruz Griega. Siendo ambas Cruces simbólicas de la Orden del Temple; La Cruz exotérica Griega y la Cruz esotérica Tau y como ya hemos dicho su unión nos proporciona la Cruz Patriarcal y con esta unión obtenemos un símbolo del sincretismo religioso, filosófico y Político; propio del pensamiento dualista de la Orden del Temple.
Estos relicarios en forma de Lignum Crucis fueron muy numerosos en las casas Sagradas del Temple, pero en la actualidad estos relicarios son muy escasos, hemos llegado a constatar hasta 13 de ellos relacionados con la Orden del Temple de los cuales seis se conservan en la actualidad siendo tan solo cinco auténticos, ya que el que está en Caravaca de Murcia es una reproducción ya que el Original fue robado en el año 1934. Los otros cinco auténticos que se guardan los tenemos: uno en Ponferrada (León) otro en Miraflores (Segovia), Bagá (Barcelona), Murugarren (Navarra), y Zamora en su Catedral.
Los que han desaparecido han sido los de Torres del Río (Navarra), Villalcazar de Sirga (Palencia), Villamurriel de Cerrato (Palencia), Alfambra (Teruel), Artajona (Navarra), Maderuelo ( Segovia) y por ultimo Montesa (Segovia).
Todas estas Cruces o relicarios templarios están rodeadas de un halo de misterio, magia y milagrería, contándose sobre ellas curiosas tradiciones y consejas dignas de un profundo análisis.
La Cruz Paté
Es una Cruz que abre sus extremos a los 4 puntos cardinales: Norte, Sur, Este y Oeste. Se abre al mundo al universo.
La Cruz Paté con sus cuatro brazos iguales evoca a los cuatro evangelistas, a las cuatro estaciones y a los cuatro elementos: Aire, Tierra, Fuego y agua.
Deriva directamente de la Cruz celta que representa los tres mundos:
– Abred.
– Gwenwed.
– Keugan.
La tradición de los Obreros muestra que la Cruz Paté deriva de la vieja rueda druídica el Crismón de ocho radios. Este símbolo, el Crismón, evoca el inicio, los ciclos (la serpiente que se muerde la cola) y es también un símbolo solar que tiene su máxima expresión en los resplandecientes rosetones de las Catedrales e Iglesias de origen Templario.
La Cruz Paté con sus cuatro brazos iguales evoca a los cuatro evangelistas, a las cuatro estaciones y a los cuatro elementos: Aire, Tierra, Fuego y agua.
Deriva directamente de la Cruz celta que representa los tres mundos:
– Abred.
– Gwenwed.
– Keugan.
La tradición de los Obreros muestra que la Cruz Paté deriva de la vieja rueda druídica el Crismón de ocho radios. Este símbolo, el Crismón, evoca el inicio, los ciclos (la serpiente que se muerde la cola) y es también un símbolo solar que tiene su máxima expresión en los resplandecientes rosetones de las Catedrales e Iglesias de origen Templario.
Se cree que esta fue la primera Cruz (Ancorada o Paté) que recibieron el 24 de Abril del año 1147 de manos del Papa Eugenio III.
La Cruz de las Ocho Beatitudes
Es una Cruz de “meditación” en su aspecto geométrico.
Que sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios. ( Manuscrito del siglo XIII – Biblioteca Nacional de Paris).
Esta clave esta montada, a su vez, sobre otra clave de origen Hebraico, que dio nacimiento a un alfabeto secreto utilizado por los Cabalistas.
Es una Cruz que también la portaron y portan los Caballeros de la Orden del Hospital o de Malta que es como se la conoce hoy en día.
El significado de sus ocho Beatitudes es:
1ª Beatitud:
– Poseer el contento espiritual.
2ª Beatitud:
– Vivir sin malicia.
3ª Beatitud:
– Llorar los pecados.
4ª Beatitud:
– Humillarse al ser ultrajados.
5ª Beatitud:
– Amar la justicia.
6ª Beatitud:
– Ser misericordiosos.
7ª Beatitud:
– Ser sinceros y limpios de corazón.
8ª Beatitud:
– Sufrir con paciencia las persecuciones.
Que sirve como clave para la construcción y desciframiento del alfabeto secreto de los Templarios. ( Manuscrito del siglo XIII – Biblioteca Nacional de Paris).
Esta clave esta montada, a su vez, sobre otra clave de origen Hebraico, que dio nacimiento a un alfabeto secreto utilizado por los Cabalistas.
Es una Cruz que también la portaron y portan los Caballeros de la Orden del Hospital o de Malta que es como se la conoce hoy en día.
El significado de sus ocho Beatitudes es:
1ª Beatitud:
– Poseer el contento espiritual.
2ª Beatitud:
– Vivir sin malicia.
3ª Beatitud:
– Llorar los pecados.
4ª Beatitud:
– Humillarse al ser ultrajados.
5ª Beatitud:
– Amar la justicia.
6ª Beatitud:
– Ser misericordiosos.
7ª Beatitud:
– Ser sinceros y limpios de corazón.
8ª Beatitud:
– Sufrir con paciencia las persecuciones.
Tras leer sus significados entenderemos la importancia que tuvo esta
Cruz para estas dos Grandes Ordenes Militares símbolo de Espiritualidad,
Humildad, Honor, Amor al prójimo, etc.
La cruz Patriarcal
La Cruz en cuestión es del tipo conocido como Cruz Patriarcal. Su leyenda dice que en el año 326 un ermitaño acompañó a Santa Elena “La Santa Emperatriz”, ( que era madre del Emperador Constantino) al lugar donde había tenido lugar la crucifixión de Jesucristo en el Gólgota.
Allí la Santa Emperatriz; localizó 5 trozos de madera pertenecientes al madero sagrado; basando esta afirmación en el hecho de que estos habían curado a una enferma que se tumbo sobre ellos.
Santa Elena regaló esa cruz al Patriarca de Jerusalén, que la mandó colocar en una Capilla de la Iglesia del Santo Sepulcro.
Pasaron los siglos y todo siguió mas o menos igual en lo que a la Cruz se refiere, hasta que en el año 1.192 cuando El Emperador Federico II Stauffen iba a autoproclamarse
Rey de Jerusalén, se le aparecieron dos Ángeles de la nada y le arrebataron la Cruz al Patriarca (quien consintió aquel hecho) llevándosela al Cielo en señal de protesta.
4 años después esa Cruz apareció en Caravaca ( cuando esta población pertenecía a la Orden de los Caballeros Templarios) santificando la ciudad y dándole intrínsicamente categoría de “Centro del Mundo.”
Por último recordaremos que según parece; la primera Cruz que portaron los caballeros de la Orden del Temple en el año 1118 ( unos 9 años antes de su oficialización) fue una Cruz Patriarcal de color “bermejo” (rojo) sobre el hombro izquierdo del manto blanco que portaban ( tal y como sucede ahora) ya que aunque se hospedaran en el templo de Salomón allá en tierra Santa, debemos de tener en cuenta que dicho Templo estaba situado junto a la Iglesia del santo Sepulcro y que la relación con los monjes que custodiaban esa Iglesia era excelente, pues hasta les cedieron un trozo de los terrenos pertenecientes a la Iglesia.
Y que la relación con el Patriarca de Jerusalén era también muy
buena. De hay que la primera Cruz que portaron fue la Patriarcal aunque
luego llevaron otras como la de las 8 Beatitudes, la Tau o la Patada.
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